Qué hacer si siento que no encajo

Qué hacer si siento que no encajo

«Siento que no encajo, ¿Qué puedo hacer?» Ésta es una pregunta con la que me encuentro de forma habitual en la consulta; se trata de personas que sufren por sentir que no encajan en el ámbito social. Pueden ser profesionales que se ven fuera de lugar en el trabajo, jóvenes que no consiguen formar parte de un grupo, o también personas que parecen no ser del todo aceptadas por su familia propia o política. En este artículo mostraré los ejemplos más habituales en los que las personas sienten que no encajan en sociedad, y les plantearé preguntas para ayudarles a acercarse a la raíz del problema.

No encajo: me siento inferior o superior

Hay personas que llegan a un sitio e inmediatamente hacen un cálculo mental sobre los defectos y las virtudes de la gente a su alrededor. Después, comparan el resultado con sus propias cualidades e imperfecciones y entonces llegan a la siguiente conclusión: «Estoy por debajo» o bien «Estoy por encima». Si se sienten por debajo, lo más probable es que en ese momento los invada una gran inseguridad y el deseo de salir corriendo de esa situación. Y si se sienten por encima, la situación se les hará algo más cómoda, pero tarde o temprano tendrán la impresión de que se aburren: ese grupo de gente no está a la altura, no encajan.

Si es su caso…

¿Por qué por encima o por debajo? ¿Hay espacio para la equidad? Los defectos de uno serán las virtudes del otro. ¿Acaso hay alguien que lo tenga todo? ¿Necesita usted aprender a tolerar su propia imperfección y la de los demás?

Siento que no encajo porque no cuentan conmigo

Otras personas sufren por sentir que no importan, o al menos no lo suficiente, para los demás. Observan que no les avisan de los planes, que preguntan poco por sus cosas, que tienen poco en cuenta su opinión… En general sienten que reciben poca atención y pocos cuidados por parte de la gente de su alrededor.

Suele ocurrir que estas personas están más pendientes de que los demás los cuiden, que pendientes de cuidar de sí mismos. Por ejemplo, ceden demasiado, anteponen las necesidades de los demás a las propias, y siempre esperando reciprocidad. Sin embargo, se suelen encontrar con que los demás no les devuelven todo lo que entregan.

Si es su caso…

¿Cuenta usted con ellos? ¿Cuida suficientemente sus relaciones? En caso de que sí lo haga, puede que usted entregue demasiado y espere inútilmente a que los demás se lo devuelvan en la misma proporción. Si es así: ¿Necesita cuidar más de sí mismo en lugar de solo a los demás?

Los demás me sacan de quicio, paso de encajar

Hay quienes lo pasan mal en público porque opinan que la mayoría de la gente no merece la pena: es demasiado engreída, estúpida o de poca confianza. No consiguen entablar conversaciones ni conocer a nuevas personas porque siempre hay algo que los termina irritando o que los decepciona.

Poco a poco, empiezan a sentir pereza por hacer planes sociales, prefieren quedarse en casa haciendo sus cosas. Y aunque aparentemente no les apetezca hacer mayor vida social, algo les preocupa de esta actitud. Esto ocurre porque a veces nos defendemos de nuestras inseguridades engañándonos con la idea de que no las tenemos. Estas personas sufren en las relaciones personales, pero reconocerlo se les hace tan doloroso que de forma involuntaria empiezan a creer que ya no les apetece relacionarse.

Si es su caso…

¿Desde cuándo siente esta desgana? ¿Podría identificar en qué momentos del encuentro con los demás empieza a sentir este rechazo? ¿Eso que le pone nervioso de los demás, es parecido a lo que normalmente le pone nervioso de usted mismo? ¿Necesita empezar a tolerar sus imperfecciones y las de los demás?

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