A menudo llegan a consulta padres angustiados por no saber cómo y cuándo aplicar los famosos límites a sus hijos. Bien, antes de entrar en el cómo y el cuándo poner límites a los hijos, pensemos en qué son y para qué sirven los límites.
Los niños son incapaces de marcarse sus propios límites
Partamos de la base de comprender que los niños, por definición, no están preparados para saber siempre y con certeza qué es correcto y qué no, qué les conviene y qué no les conviene. La inmadurez propia de los niños no les permite pensar a largo plazo cuando toman decisiones, por lo que normalmente, en caso de tener que decidir por ellos mismos, lo harán centrándose antes todo en el aquí y ahora de su presente. Por ejemplo, si a un niño se le diera a elegir entre ver la tele por la noche o irse a la cama, lo más probable es que eligiera ver la tele, puesto que le costaría tener presente la importancia de su descanso y de irse a dormir temprano.
Los padres deben enseñar esta capacidad a sus hijos
Es importante saber que esta capacidad de auto-gestión no va incluida en el ADN, sino que se adquiere. ¿Cómo se adquiere? Gracias al aprendizaje que reciben de sus padres. Esto quiere decir que conforme un niño va haciéndose mayor y va interiorizando lo que sus padres le enseñan, irá poco a poco madurando.
¿Qué son entonces los límites y para qué sirven?
¿Cómo enseñan los padres a los hijos a tomar decisiones y gestionarse en la vida? En buena medida esto es a través de los límites. Por lo tanto, los límites son, como indica la palabra, las fronteras entre lo correcto y lo incorrecto, entre lo conveniente y lo inconveniente, que los padres deben enseñar a sus hijos.
La parte complicada está en que marcar estos límites a los hijos también requiere de mucha madurez y paciencia por parte de los padres, ya que a veces resulta doloroso y frustrante para los hijos. Ante estas dificultades, los padres deben recordarse a sí mismos que marcar límites será beneficioso para sus hijos a largo plazo aunque en el presente sea difícil y frustrante.
Si le interesa seguir leyendo sobre cómo aplicar los límites a los hijos, vaya al siguiente enlace: Límites-Parte II: ¿Cómo aplicarlos?