El temor a invertir demasiado tiempo en una terapia puede convertirse en un obstáculo para pedir la ayuda necesaria. Suele haber prisa por encontrar resultados positivos y nos preguntamos cuánto dura una terapia psicológica. Te recomiendo leer la siguiente información para aclarar tus dudas.
Duración en función del método de trabajo
Cada maestrillo tiene su librillo y cada terapeuta trabaja desde una orientación y una metodología concretos. Hay profesionales que centran su trabajo sobre todo en aliviar los síntomas, por lo que usan técnicas muy eficaces a corto plazo y ofrecen terapias de breve duración. Una psicoterapia breve suele suponer entre diez y veinte sesiones, repartidas a lo largo del año o los dos años.
También existen enfoques psicológicos que consideran que detrás de un síntoma se esconde una problemática que merece ser resuelta. Estas psicoterapias no suelen ser breves y su eficacia está demostrada más a largo plazo. Una psicoterapia de larga duración puede durar años o toda la vida.
Al final ocurre que el sentido común y el buen hacer encuentran un equilibrio. Por ello hoy día lo más común es encontrar terapias de una duración media, pero sobre todo son psicoterapias que marcan su duración en función de la problemática concreta y del deseo del paciente.
Duración en función del problema
No es lo mismo resolver un conflicto de pareja que curarse de una fobia, ni tampoco es lo mismo superar de un trastorno alimentario que curarse de un trastorno psicótico. Hay problemas más graves que otros, así como los hay más complejos que otros. Normalmente, cuanto menos grave y menos complejo sea un problema, menor tiempo de terapia requerirá.
Pero ocurre que gravedad y complejidad no siempre van de la mano. A veces un fobia aparentemente sencilla puede requerir de una terapia de larga duración debido al enredo que entraña de fondo. Por otro lado, una crisis grave de pareja puede resolverse en pocas sesiones si el trasfondo del conflicto es más bien sencillo de superar.
Duración en función de las circunstancias del paciente
La última variable que marcará la duración de la terapia será las circunstancias del paciente o de los pacientes en caso de una terapia familiar o de pareja. La profesional debe adaptarse al ritmo de cada caso y respetar las dificultades de cada paciente. Por ello, dependiendo de la facilidad para expresar conflictos y emociones, la capacidad para tomar conciencia de su situación, la voluntad de cambio y el potencial introspectivo de cada paciente, la terapia requerirá de un mayor o menor tiempo de duración.
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