Cuánto dura una sesión en el psicólogo

¿Cuánto dura una sesión en el psicólogo?

La falta de tiempo y el estrés del día a día pueden ser un obstáculo para empezar una terapia psicológica. Nos preguntamos cuánto dura una sesión en el psicólogo, cuánto tiempo a la semana tendremos que invertir en ello, y solo de pensarlo nos entra el agobio. Pues bien, la duración de las sesiones en un tratamiento psicológico varía en función del método del profesional, del formato de la terapia y por supuesto del paciente en particular.

Formato de la terapia

La sesión individual requiere de menor tiempo que las entrevistas con más de una persona involucrada, por el mero hecho de que son más las personas que necesitan exponer sus opiniones y expresar sus emociones. Una sesión individual suele durar entre 45 y 75 minutos.

Una terapia de pareja o una familiar se caracterizan por el análisis de la dinámica de las relaciones, por lo que es importante que en las sesiones dé tiempo suficiente a mantener conversaciones entre todos los integrantes. Las sesiones de pareja suelen tener una duración máxima de 90 minutos, y las sesiones familiares alcanzan las dos horas en algunos casos.

Método del profesional

Dentro del método psicológico existen corrientes que priorizan la continuidad entre sesiones pero consideran que estas sesiones no deben excederse en su duración, ya que lo importante es la relación con el profesional y la reflexión sobre uno mismo. En 45 minutos semanales hay tiempo suficiente para reflexionar.

Otras corrientes optan por encuentros más largos pero menos frecuentes, confiando en que el tiempo entre sesiones sea aprovechado por el paciente para generar sus propias reflexiones y cambios. Debido a que el tiempo entre sesión y sesión es más espaciado, en cada encuentro se requiere de más minutos para dialogar y ponerse al día sobre lo acontecido. En estos casos las sesiones duran mínimo 60 minutos.

Particularidad de cada caso

Por último pero no por ello menos importante, se tiene en consideración la necesidad de cada paciente y cada circunstancia. Por ejemplo, sesiones de más de 50 minutos suelen hacerse demasiado largas para los más pequeños, ya que su capacidad atencional tiene un límite. De forma parecida, casos con patología mental grave, donde hay dificultades para elaborar un discurso o para reflexionar, sesiones de 45 minutos son más que suficientes y más tiempo se hace agotador para el paciente.

También hay personas que no requieren del tiempo ideal para realizar un terapia pero sí tienen ganas de acudir, por lo que el profesional en estos casos ajusta su encuadre de manera flexible haciéndole más fácil al paciente su asistencia. Hay casos de pacientes que acuden 30 minutos a la semana porque realmente no disponen de más tiempo, y sin embargo ese rato lo aprovechan al máximo.

Por otro lado, en algunas circunstancias puntuales un paciente necesita de mucha contención debido a su decaído estado de ánimo. A veces es necesario dedicarle más minutos a la sesión cuando el paciente se siente desbordado.

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Carmen G. Rosado Bordallo