Conocer en qué consiste el tratamiento para la depresión

Tratamiento para la depresión

La depresión es un cuadro psicológico que, además de doloroso, puede ser muy incapacitante y por ello requiere de ayuda psicológica. La tristeza, la apatía y la desgana afectan nuestras funciones cognitivas, pudiendo alterar la capacidad de concentración, la memoria y la atención. Por todo ello y por el sufrimiento que produce, es necesario un tratamiento para la depresión que permita aliviar los síntomas y elaborar el dolor del paciente.

Aliviar los síntomas

Los síntomas de la depresión, tanto físicos como mentales, en general producen un decaimiento en la vida de una persona. Estar deprimido es algo parecido a andar con un nubarrón encima de la cabeza, que no permite ver las cosas más que de forma negativa y que tampoco permite por lo tanto pensar con claridad. Las personas abatidas que pierden el sueño y el apetito suelen verse acompañadas de un profundo cansancio que hace su cerebro no funcione con normalidad: tienen un cerebro cansado. A veces agotado de tanto pensar.

Pararse a pensar en lo que uno lo entristece con tanta intensidad supone un gasto importante de esfuerzo y energía. Para poder hacerlo, el cerebro necesita estar descansado, la mente algo despejada. Por ello, en los casos de depresión más severa, la terapia para la depresión inicia con un primer objetivo de aliviar la sintomatología, bien agotando el tema doloroso, aplicando técnicas concretas y/o recurriendo a la medicación del paciente. Tanto la medicación recetada como las herramientas que puedan aliviar los síntomas depresivos son un primer paso, pero no por sí mismo suficiente, para curar la depresión.

Elaborar el dolor

Ahora bien, el ánimo depresivo no es algo que le caiga del cielo a nadie, siempre hay un por qué y un para qué en relación a los síntomas. Conocer lo que duele y tratar de entender por qué duele tanto es sinónimo de poner en palabras lo que lo síntomas corporales no dicen en el idioma de lo físico. Por ejemplo, alguien se puede plantear por qué la pérdida de su trabajo ha supuesto semejante bajón emocional en su vida preguntándose qué había en juego en ese trabajo: qué supone trabajar para él/ella, qué simboliza la vida laboral, qué tenía ese trabajo que no tienen otros, qué es lo que más le duele de perder el trabajo…

Cuando se entiende lo que hay detrás del dolor y a veces del enfado, uno es capaz de empezar a pensar en maneras diferentes de afrontar la situación. Siguiendo el ejemplo, esa misma persona podría haber entendido que trabajar, para él o ella, es sinónimo de autovalía e independencia. Haber perdido el trabajo sería algo así como haber perdido valía y haber pasado a depender de otros. Esta persona tendría que ahondar y preguntarse sobre la importancia de estas cuestiones en su historia y en su vida. Así, el paciente que elabora en terapia su tristeza es capaz de construir una posición diferente para esa situación y para otras circunstancias similares venideras.