Así como en el artículo anterior conocimos qué es la ansiedad y cuáles son sus síntomas principales, en esta sección abordaremos el tratamiento para la ansiedad en una terapia psicológica. Los síntomas ansiosos pueden sufrirse de forma leve y más o menos llevadera, o pueden llegar a incapacitar gravemente el día a día de las personas. Cuando lo llevadero se ha hecho lo suficientemente molesto, las personas recurren a un profesional para pedir ayuda psicológica y encontrar un tratamiento para la ansiedad.
Conocer la causa
Un primer paso para abordar el tratamiento de un problema de ansiedad sería entender qué produce la agitación, de qué situación proviene esta respuesta ansiosa. A veces parece que la ansiedad nos ha caído de un quinto piso, que es una cuestión inexplicable. Sin embargo, detrás de cada síntoma siempre hay un por qué. En terapia empezaríamos explorando aquellos momentos en los que el paciente siente ansiedad y con qué los asocia él, para detectar una primera pista del problema.
Conocer el motivo de la causa
Una vez hemos dado con aquello que nos produce ansiedad, tendremos que preguntarnos por qué eso nos inquieta y agita. Por ejemplo, un paciente podrá saber que una próxima entrevista de trabajo le está haciendo dormir mal por las noches. Sin embargo, no todo el mundo se siente así frente a una entrevista laboral. Es por ello que aquí habría que preguntarse qué aspectos de dicha situación le están haciendo sentirse ansioso: un posible mal resultado, miedo a llegar tarde, dificultades para hablar en público…
Conocer la causa del motivo de la causa
¿Y por qué la posibilidad de llegar tarde me pone así de ansioso? Una posible respuesta sería lo que podrían pensar de mí o mi odio radical hacia la impuntualidad. En cualquier caso, los primeros y más importantes pasos de la terapia consistirían en tirar del hilo que sostiene la ansiedad. A cada respuesta hallada preguntarle el por qué. Así, llegaríamos a un punto donde la ansiedad estaría directamente relacionada con algo de la historia del paciente, algo que lo acompaña siempre y que hace que la ansiedad aparezca con tanta frecuencia.
Entender los síntomas
En el camino de entender lo que hay detrás de los síntomas, la terapia ayuda a poner en palabras lo que antes el paciente solo era capaz de expresar con el cuerpo: taquicardia, inquietud, dolor de estómago. Cuando los síntomas cobran un sentido y se comprenden, empiezan a caer por su propio peso.
Elaborar las cuestiones históricas
Hacerse consciente de lo que uno siente y por qué lo siente no es suficiente para lograr un cambio. A veces ayuda a eliminar los síntomas, otras veces no basta. Pero lo fundamental para generar cambios a largo plazo en nuestros problemas es poder enlazar lo que nos ocurre con nuestra propia historia. Elaborando sus vivencias y cuestionando sus creencias y sus certezas, los pacientes logran vivir lo que antes les producía ansiedad de una manera diferente.